La intención es bien clara: “quien contamina, paga”. Así de fácil. Estoy seguro que con estas medidas lograremos que las empresas tengan una mentalidad más verde. Es triste que no se haga de corazón, pero está visto que solo si se toca la cartera es cuando las empresas reaccionan. Por eso me parece muy correcto algunas medidas que algunos Gobiernos autonómicos están imponiendo. Un ejemplo lo tenemos en el País Vasco.
El gobierno vasco lanzó una serie de subvenciones a empresas para la realización de inversiones destinadas a la protección del medio ambiente, conforme a lo establecido en el Decreto 202/2015, de 27 de octubre. Así, se ofrecen ayudas a la inversión que permitan ir más allá de las normas de la Unión en materia de protección medioambiental o incrementar el nivel de protección medioambiental en ausencia de normas de la Unión. Ayudas para la adaptación anticipada a futuras normas de la Unión y para estudios medioambientales. Y por último, ayudas a la inversión para el reciclado y reutilización de residuos, si se cumplen las condiciones.
Los gobiernos deberían promocionar las múltiples ventajas que tiene ser ecológico. Deberían informar de que los precios de implantación de sistemas de energías renovables han bajado notablemente en la última década. Si antes estaban al alcance de pocos, ahora se distribuyen e instalan masivamente, habiendo amplia competencia, y con sistemas muy fiables. Paralelamente, la dependencia energética de métodos tradicionales (como petróleo o carbón) ha fluctuado enormemente los precios, siendo incierta cuál será su evolución en los próximos años.
Es el caso de empresas como Plásticos Alhambra, que desde hace años, en su fábrica de bolsas de plástico apuestan por la innovación tecnológica con una conciencia ecológica. Su apuesta por una política de inversión anual para la adquisición de la mejor maquinaria disponible que junto con el perfeccionamiento continuo de su proceso productivo, ha llevado a su empresa fabricante de bolsas de plástico a un crecimiento constante y fortalecimiento en el mercado. Actualmente, sus productos se fabrican en las máquinas más sofisticadas del mundo y superna con éxito las auditorias de Calidad y Medio Ambiente realizadas por Bureau Veritas en Octubre de 2014 según la norma Iso 9001 y 14001 así como la auditoria de producto Bolsa de plástico Reutilizable según la norma UNE 53942.
Contaminación de vehículos
También se debería mirar mucho la contaminación provocada por los coches. Bien es cierto que hay muchas ayudas al coche eléctrico, pero todo parece ser un lavado de imagen, porque por otro lado se favorece al vehículo que contamina. Una de las medidas que se debería hacer en todas las ciudades, es establecer como velocidad máxima de circulación 70 km/h en las vías de acceso a la ciudad, desde sus intersecciones, y se extenderá la limitación de velocidad a 70 km/h a todo el recorrido limítrofe. También prepara una red de aparcamientos intermodales en la corona metropolitana de cada ciudad o establecer vías con preferencia efectiva para los autobuses mediante plataformas reservadas y prioridad semafórica, mejorando el tiempo de recorrido y una mayor regularidad en las frecuencias de paso. El objetivo es aumentar la velocidad comercial y la calidad del servicio.
Además hay que aumentar los incentivos para la transformación a vehículos de bajas emisiones, con subvenciones municipales para la adquisición de vehículos que cuenten con la etiqueta CERO o ECO. En Madrid por ejemplo desde 2018 sólo se autoriza la sustitución con este tipo de vehículos.
Empresas que más contaminan en España
Si te preguntas cuáles son las empresas que más contaminan, este ranking publicado hace tiempo de acuerdo con los datos del Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR), nos lo deja bien claro. Lo lidera Endesa (28,67 millones de toneladas de CO2 equivalente), seguida de Gas Natural Fenosa (11,60 millones), Repsol (10,74), EDP (7,53), ArcelorMittal (6,02), Cepsa (4,93), Iberdrola (3,91), Viesgo (3,55), Cementos Portland (2,83) y Cemex (2,45).
Tengo claro que con estas medidas, las empresas tendrían una conciencia ecológica mucho mayor. Pero para llevarlo a cabo, los Gobiernos, tanto autonómicos como central, tienen que estar de acuerdo y remar en la misma dirección. Como decíamos en la introducción, desde el punto de vista ético y por principios, uno de los principales incentivos y beneficios de consumir este tipo de energía es el respeto con el medio ambiente, ya que son energías limpias que no contaminan.