Hay ciudades que por antonomasia son perfectas para ir de despedida de soltero o soltera. Siempre nos vienen a la memoria lugares como Gijón, Salamanca, Oviedo o Santander. Pero en mi caso hoy os quiero recomendar una despedida por Bilbao. La verdad es que esta ciudad me ha sorprendido por completo. El cambio que ha dado en los últimos años es tremendo. Siempre asocié que sería gris y aburrida, por cosas de su industria, pero para nada. Es un sitio perfecto si lo que quieres es pasar un fin de semana increíble. Es lo que se llama el nuevo Bilbao.
No hay despedida de soltero que no visite el casco viejo. Las 7 calles de Bilbao son junto a “Bilbao la vieja” (popularmente conocida como Bilbi), una de las zonas con más solera para salir de fiesta de todo Bilbao. Estos, son probablemente los espacios más concurridos durante el día, y no es de extrañar, ya que son unos de las mejores para practicar el tradicional pintxo-pote bilbaíno, tomad nota, plaza nueva, Barrenkale y Somera, todas ellos magníficos espacios para disfrutar del casco viejo. Fue donde mejor nos lo pasamos.
De pintxo pote
La gente es superagradable y no notamos eso de que los vascos sean cerrados. Al contrario, en seguida se unieron a nuestra fiesta. Fue todo muy divertido. Además conocimos a una cuadrilla, sí, como en la serie de Allí Abajo, con los que nos lo pasamos genial. Allí puedes comer, beber, hablar en buena compañía. En Bilbao la vieja, cruzando el puente San Antón, encontramos otra zona donde disfrutar del poteo, una zona algo más perjudicada estéticamente pero no por ello peor. El Casco Viejo y Bilbi, aportan uno de los mejores ambientes de rock de la ciudad. No debemos confundir la zona de Bilbi, la zona junto al puente, la zona baja, con las calles de San Francisco y Las Cortes.
En la despedida quisimos dar una sorpresa a mi amigo que se casaba. Él es muy aficionado del Real Valladolid e hicimos que la despedida coincidiera con el partido que el equipo vallisoletano jugaba en San Mamés. Vaya gozada de campo. Además su ubicación junto a una de las zonas de pintxo-poteo y tragos largos, hace que el ambiente sea muy difícil de superar en cualquier campo de España e incluso me atrevo a decir que del mundo. Qué envidia más sana sentí cuando vi a todos los aficionados de compadreo y con las camisetas. Algo así nos gustaría para Valladolid, pero como el estadio está a las afueras pues no se puede hacer.
Con la caída de la noche, Bilbao se llena de luces que transforman el paisaje entorno a la ría e invitan a pasear y disfrutar de una copa y una buena charla, un espectáculo o un concierto en buena compañía. Si te gusta este plan de ocio nocturno, Bilbao te ofrece una larga lista de locales en los que poder tomar una copa en un ambiente agradable y distendido.
Visita por la ciudad
Al día siguiente éramos uno más. En este caso la resaca. Pero creo que hicimos un buen plan. Fue el día elegido para visitar la ciudad. Contratamos una limusina. Así pudimos disfrutar de un paseo por los lugares más emblemáticos de Bilbao, tales como el museo Guggenheim (donde realizamos una parada para hacerse fotos), un paseo por La ría de Bilbao que es la desembocadura que forma el sistema de los ríos Nervión e Ibaizábal, y luego pasamos por la calle de marcha, por Mazarredo y Galerías de Urquijo. Después, para terminar, regresamos al punto de salida.
Durante el recorrido fuimos acompañados de un chofer cualificado y muy profesional que nos atendió en cualquier consulta que le hicimos durante todo el trayecto. Ellos se encargan de cuidar minuciosamente hasta el más mínimo detalle para que todas las despedidas salgan a pedir de boca. La verdad es que la gente de Alquiler Limusina Bilbao fueron muy profesionales.
Una limusina que estaba totalmente equipadas con videos musicales con videoclip, televisiones, barra de bar, 3 botellas de cava, lambrusco o moscato, neones, luces de discoteca… Era como ir en una discoteca sobre ruedas. Así escomo llegamos a la noche, y cuando se nos pasó la resaca, pues volvimos a disfrutar de la noche bilbaína.
Así llegamos al domingo, día de partir. Todos acabamos muy contentos con la despedida que hicimos a mi amigo. Y sobre todo, con una ciudad como Bilbao que es todo un descubrimiento. Ahora cuando me piden consejo para ir a una ciudad de despedida, siempre digo Bilbao. Además aquí ya no se ve la masificación que ocurre en otras ciudades como Llanes, Salamanca o Gijón, donde han tenido incluso que poner el cartel de no queremos despedidas.