Aumentan en España los servicios de fisioterapia a empresas

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En los últimos años, el auge de los servicios de fisioterapia dirigidos a empresas ha experimentado un crecimiento significativo, impulsado en gran medida por los cambios en las dinámicas laborales y las condiciones en las que los empleados desarrollan su trabajo en oficinas. La evolución del entorno laboral, caracterizada por largas jornadas frente a pantallas, posturas estáticas prolongadas y un aumento de tareas repetitivas, ha llevado a que las empresas tomen conciencia de la importancia de cuidar la salud física de sus trabajadores para mejorar su bienestar y productividad.

Las posiciones que adoptan los empleados en sus puestos de trabajo, sobre todo cuando se trata de tareas administrativas o de atención a clientes, suelen implicar mantener la espalda encorvada, hombros tensos y cuello rígido durante muchas horas. Estos hábitos posturales incorrectos pueden derivar en problemas musculoesqueléticos como dolores cervicales, contracturas en la zona lumbar, síndrome del túnel carpiano o incluso dolores de cabeza crónicos. Estos trastornos, además de afectar la calidad de vida de los trabajadores, impactan negativamente en la empresa al aumentar el absentismo laboral y reducir el rendimiento general.

En este contexto, las empresas han empezado a incorporar servicios de fisioterapia directamente en sus centros de trabajo, buscando ofrecer soluciones preventivas y terapéuticas que permitan mitigar estos problemas desde su origen. La fisioterapia en el ámbito empresarial no solo se limita a la atención de lesiones, sino que abarca un conjunto de acciones orientadas a mejorar la ergonomía, corregir posturas, fomentar pausas activas y educar sobre hábitos saludables. De esta manera, se promueve un enfoque integral que contribuye a preservar la salud física de los empleados y a evitar la aparición de dolencias crónicas.

Los fisioterapeutas especializados en el entorno laboral realizan evaluaciones individualizadas para detectar desequilibrios musculares, restricciones articulares o malas posturas que puedan ser causantes de molestias. A partir de estos diagnósticos, diseñan planes personalizados que incluyen técnicas manuales, ejercicios de fortalecimiento, estiramientos y recomendaciones ergonómicas adaptadas al puesto de trabajo. Además, desde la Clínica de fisioterapia y osteopatía López Corcuera nos explican que muchas empresas optan por programas de fisioterapia grupal que incluyen sesiones de estiramientos guiados, talleres de prevención y charlas sobre autocuidado, lo que contribuye a generar una cultura organizacional más consciente de la salud.

Otro factor que explica el crecimiento de estos servicios es el aumento de la modalidad de trabajo híbrido o presencial tras los cambios provocados por la pandemia. La vuelta a la oficina tras largos periodos de teletrabajo ha hecho que los trabajadores se encuentren con problemas musculares derivados de posiciones inadecuadas en sus hogares, y las empresas han respondido ofreciendo servicios de fisioterapia para facilitar su readaptación y evitar que estas molestias afecten su rendimiento.

El retorno de la inversión para las empresas que incorporan fisioterapia laboral es tangible. La mejora del bienestar físico de los empleados repercute en un descenso del número de bajas médicas, un incremento de la motivación y un ambiente laboral más positivo. Todo ello se traduce en una mayor eficiencia y productividad, aspectos clave en entornos competitivos donde el capital humano es uno de los activos más valiosos. Por eso, muchas compañías están incorporando la fisioterapia como parte de sus políticas de recursos humanos y bienestar corporativo.

Además, el enfoque preventivo que ofrece la fisioterapia contribuye a reducir costes a largo plazo, evitando que pequeñas molestias se conviertan en patologías crónicas que requieran intervenciones más complejas o prolongadas. Este ahorro, sumado a la mejora en la calidad de vida del trabajador, posiciona a estos servicios como una inversión estratégica, más que un gasto adicional.

¿Cuáles son los problemas más habituales derivados de una mala postura en la oficina?

Los problemas más habituales derivados de una mala postura en la oficina suelen manifestarse principalmente en el aparato musculoesquelético, afectando especialmente la zona cervical, la espalda y las extremidades superiores. Mantener una posición incorrecta durante largas horas frente al ordenador puede provocar dolores persistentes en el cuello y los hombros, originados por la tensión muscular y la sobrecarga de los músculos que sostienen la cabeza y la columna. Estas molestias, si no se corrigen, pueden evolucionar hacia contracturas crónicas o incluso afectar a las vértebras cervicales, causando rigidez y limitación en el movimiento.

Además, es frecuente que las personas desarrollen dolor lumbar debido a la falta de soporte adecuado en la silla o a una postura encorvada que aumenta la presión sobre la zona baja de la columna. Este tipo de dolor puede llegar a ser incapacitante y afectar la capacidad de concentración y desempeño laboral. La tensión constante en estas áreas también puede desencadenar dolores de cabeza tensionales, resultado de la rigidez en el cuello y la parte superior de la espalda.

Otro problema común es el síndrome del túnel carpiano, una afección causada por la compresión del nervio mediano en la muñeca, que suele estar asociada a posturas inadecuadas de las manos y muñecas al teclear o usar el ratón durante mucho tiempo. Esta condición genera dolor, hormigueo y pérdida de fuerza en las manos, dificultando las tareas cotidianas.

También se pueden presentar problemas de circulación en las piernas por permanecer sentados durante horas sin movimiento, lo que puede provocar hinchazón, sensación de pesadez y, en casos más graves, aumentar el riesgo de trombosis. En general, la falta de pausas activas y estiramientos contribuye a agravar estos trastornos, haciendo que los empleados sufran una disminución en su bienestar general.