¿Cuáles son los principales tipos de aislamientos que se usan en las reformas?

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En las reformas, el aislamiento es un aspecto esencial para mejorar el confort, la eficiencia energética y la durabilidad de los espacios. Los materiales y técnicas utilizados para aislar han evolucionado significativamente, permitiendo adaptarse a diferentes necesidades, ya sean térmicas, acústicas o de protección frente a la humedad. Entender los principales tipos de aislamiento empleados en las reformas es fundamental para seleccionar la solución adecuada según las características de cada proyecto.

El aislamiento térmico es uno de los más relevantes en las reformas, ya que contribuye directamente al ahorro energético y al confort en interiores. Este tipo de aislamiento busca reducir las pérdidas o ganancias de calor entre el interior y el exterior de un edificio, creando un entorno más estable en términos de temperatura. Los materiales más comunes en este ámbito incluyen la lana mineral, el poliestireno expandido y extruido, y la espuma de poliuretano. Estos materiales se utilizan en muros, techos y suelos, dependiendo de las necesidades específicas del espacio. Por ejemplo, el poliestireno es conocido por su ligereza y capacidad aislante, mientras que la lana mineral destaca por su resistencia al fuego y su capacidad para absorber el sonido, combinando así propiedades térmicas y acústicas.

El aislamiento acústico, por su parte, es esencial en entornos urbanos o en viviendas donde se busca reducir la transmisión de ruido entre habitaciones o pisos. Este tipo de aislamiento se basa en la instalación de materiales que absorben o bloquean las ondas sonoras. Entre los más utilizados se encuentran los paneles de fibra de vidrio, las espumas acústicas y las membranas aislantes. En las reformas, es habitual emplear estos materiales en techos, paredes y suelos, especialmente en edificios antiguos que no fueron diseñados con criterios modernos de insonorización. El resultado es una mejora significativa en la calidad de vida, al reducir las molestias asociadas al ruido externo o a los sonidos generados dentro del mismo edificio.

Otro tipo de aislamiento crucial en las reformas es el relacionado con la impermeabilización y la protección frente a la humedad. Este tipo de aislamiento, tal y como nos detallan en Crearsur previene problemas como filtraciones, condensación y aparición de moho, que pueden afectar tanto a la estructura del edificio como a la salud de sus ocupantes. Los materiales más empleados para este propósito incluyen las membranas asfálticas, las pinturas impermeabilizantes y las láminas de polietileno. En reformas de cubiertas y tejados, es común aplicar estas soluciones para garantizar que el agua de lluvia no penetre en el interior. Del mismo modo, en sótanos y estructuras subterráneas, el aislamiento contra la humedad es imprescindible para evitar problemas de capilaridad.

Una tendencia creciente en las reformas es el uso de materiales sostenibles y ecológicos para el aislamiento. Estos materiales no solo cumplen con los estándares técnicos, sino que también tienen un menor impacto ambiental. Ejemplos de ello son la celulosa reciclada, el corcho natural y las fibras de madera. Estos productos se han vuelto populares debido a su capacidad para combinar un excelente desempeño aislante con propiedades respetuosas con el medio ambiente, lo que los convierte en una opción ideal para proyectos que buscan certificaciones ecológicas o para quienes priorizan la sostenibilidad.

La correcta elección del tipo de aislamiento en una reforma depende de múltiples factores, como las características climáticas de la zona, el tipo de edificación y los objetivos del proyecto. Por ejemplo, en climas fríos, el énfasis suele estar en maximizar el aislamiento térmico para reducir la demanda de calefacción, mientras que en climas cálidos puede priorizarse la protección frente a las altas temperaturas y el ruido exterior.

¿Cuánto cuesta aislar una vivienda en España?

El coste de aislar una vivienda en España varía en función de diversos factores, como el tipo de aislamiento, la técnica empleada, la superficie a cubrir y las características específicas de la edificación. Si bien, a lo largo de las próximas líneas os detallaremos unas estimaciones basadas en diferentes métodos de aislamiento:

  • Piso: el aislamiento completo de un piso puede costar entre 900 euros y 1.500 euros, dependiendo de la superficie y técnicas empleadas.
  • Vivienda adosada: el coste promedio se sitúa alrededor de 2.000 euros, pudiendo incrementarse hasta 2.500 euros si se trata de una vivienda de esquina con mayor superficie expuesta.
  • Vivienda independiente: para una vivienda unifamiliar, el aislamiento puede costar aproximadamente 3.000 euros, considerando fachadas y cubiertas.

Es importante tener en cuenta que, tal y como os hemos adelantado, estos precios son orientativos y pueden variar en función de diferentes aspectos. Si bien, la inversión en aislamiento suele amortizarse a medio plazo gracias al ahorro energético que proporciona, mejorando el confort térmico y acústico de la vivienda.

Por todo ello, para obtener un presupuesto preciso y adaptado a las necesidades específicas de la vivienda, se recomienda contactar con profesionales especializados que puedan evaluar in situ las condiciones de la edificación y ofrecer soluciones personalizadas.