Una cuarta parte de los españoles y españolas, padecen problemas de sobrepeso, y no nos referimos a unos quilillos de más, no. Estamos hablando de millones de personas obesas, y esto afecta, no solo a nuestro país, sino a buena parte del mundo. El mundo está gordo, y de seguir así, tendremos que enfrentarnos a una sociedad de gente insana y con un alto riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares, diabetes y otras patologías provocadas por el exceso de peso.
La obesidad es una enfermedad crónica, provocada por el exceso de tejido diposo en el cuerpo. Pero se puede tratar. El Instituto Médico de Obesidad y Salud (IMOS) líderes europeos en cirugía bariátrica y tratamiento endoscópico de la obesidad, atiende cada día numerosos casos de este tipo, ayudando a todas estas personas, a perder el peso que les hace falta. IMOS, está formado por un equipo multidisciplinar que han dedicado su larga trayectoria profesional a tratar pacientes con obesidad, así como los problemas psicológicos y sociales que lleva asociada la enfermedad. Su objetivo es ofrecer a sus pacientes el mejor apoyo durante todo el proceso, poniendo a su disposición todas las herramientas y tratamientos para el sobrepeso necesarios para que el paciente se sienta acompañado y así conseguir un cambio de hábitos y asegurar los resultados a lo largo de toda su vida.
A pesar de las advertencias de los profesionales de la salud, el número de obesos aumenta cada día. Es por tanto, vital, tomar conciencia de este problema, responsable de la muerte prematura de infinidad de personas en todo el planeta. Y los gobiernos, han de aunar esfuerzos y promover campañas para frenar este problema, que entre otras cosas, provoca enfermedades del hígado, así como enfermedades gastrointestinal, diabetes, hipertensión, cáncer e infartos. La mala alimentación y el sedentarismo, estarían detrás del aumento de casos de obesidad.
¿Cuándo se considera obesa a una persona?
Pues bien, las personas obesas son todas aquellas que superan en un 20% o más, su índice de masa corporal o IMC, a excepción, claro, de las musculosas. Que si no eres el típico cachitas de gimnasio, entonces, si superas ese punto, es que eres obeso.
Principales causas de la obesidad
Según los expert@s, la mala alimentación y la falta de ejercicio físico, serían determinantes, favoreciendo la acumulación de grasa y el aumento de peso. Y es que la mayoría de las personas comen mal, y la comida procesada, la carne y la bollería industrial, son letales. Por otro lado, aunque las nuevas generaciones siguen una dieta más equilibrada y hacen más deporte que sus antepasados, lo cierto es que en este aspecto, todavía queda mucho camino por recorrer. No es suficiente con apuntarse al gimnasio e ir de vez en cuando. El ejercicio ha de hacerse de forma regular. L@s profesionales de la salud recomiendan caminar a diario, al menos 1 hora, y mejor si se hace un poquito rápido, tampoco se trata de pasear únicamente.
Pero hay más factores implicados en el problema de la obesidad. La obesidad se debe muchas veces a factores genéticos.
Además, en las sociedades más desarrolladas económicamente, el problemas de la obesidad es todavía más común, y afectaría más a las economías pobres que a las ricas. Se sabe que las mujeres con problemas económicos, tienden a engordar más que las de clases altas. No se sabe muy bien por qué ocurre esto, pero el hecho es que es así, y a mayor nivel económico, se toman más medidas para combatirla. Detrás de esto, podría estar el hecho de que las mujeres que tienen más dinero, invierten más en su alimentación, se cuidan más, van al gimnasio o incluso tienen entrenadores personales.
Los factores psicológicos también son importantes, ya que el peso, sobre todo en las mujeres, siempre ha sido motivo de burla por parte de la sociedad. La ansiedad que provoca el no ajustarse al canon establecido, provoca en muchas personas la necesidad de ingerir grandes cantidades de comida.
Además de las enfermedades mencionadas, la obesidad provoca un deterioro de la vida social de las personas, que llegan a encerrarse en casa, lo que no hace más que agravar el problema.