El concepto de talento suele aplicarse a ciertos ámbitos como el arte o la música en donde el artista nace más que se hace. Aun así, la definición de talento no implica necesariamente ser artista o estar relacionado con actividades en concreto. El concepto, hace referencia a la capacidad especial o la facilidad de una persona para aprender o ejecutar alguna tarea en concreto. Por lo tanto, el talento es aplicable a todos los ámbitos de la vida, dentro de los cuales, uno de los que más hablan de talento en los últimos tiempos, es el ámbito empresarial. El talento laboral es uno de los más buscados y perseguidos para lograr el éxito empresarial.
Dejamos a un lado a los talentos artísticos de los programas televisivos y nos vamos en busca del talento empresarial, para averiguar en qué consiste, que buscan los cazatalentos y la manera de gestionar estos talentos para retenerlos y que no se vayan a otras empresas a hacer alarde de su virtud.
Empresas como Qmt, que trabajan en la búsqueda de interim management (talento ejecutivo en estado puro) para empresas, saben perfectamente cuál es la mejor manera de encontrar el talento y explotarlo. No en vano, la importancia del talento humano dentro de una empresa es fundamental para que estas funcionen bien. En la actualidad todas la grandes empresas están de acuerdo en que el talento de los empleados es algo a valorar, aunque todavía quedan algunas rezagadas que siguen limitando la concepción del talento humano, sin aprovechar bien a sus trabajadores.
En gran medida, la mayoría de las empresas, identifican el talento con el potencial individual que tiene cada profesional dentro de un área de conocimiento o acción específica, así como su habilidad particular para aplicar sus conocimientos en tareas puntuales. En otras palabras, se limita el talento al saber realizar ciertas funciones o tareas y como deben ser ejecutadas. Este enfoque, es claramente un error.
Cambiando la perspectiva y el enfoque
Como decimos, utilizar esa perspectiva de que el talento reside en el saber realizar una tarea, limita el talento y a la persona. Por lo tanto, utilizar ese enfoque simplista, procura una gestión equivocada del propio talento, la razón es evidente: esta visión del talento separa radicalmente unos conocimientos concretos del profesional de la identidad intelectual y personal. Como resultado, se coarta y limita el potencial creativo del profesional que se ve empujado a hacer las cosas de manera correcta pero sin originalidad e innovación. Factores cada vez más necesarios en este mercado laboral y empresarial tan exigente y competitivo.
Saber administrar y gestionar bien el talento, conlleva saber identificar las necesidades de los trabajadores, tanto a nivel estrictamente profesional como personal: conocer sus gustos, intereses, deseos, proyectos, expectativas… Esto implica que la gestión del talento requiere, entre otras cuestiones, concederle un espacio al profesional dentro de la organización, para que sea capaz de desarrollar todo el potencial que tiene. En este sentido, es muy importante crear un entorno adecuado y proporcionar los instrumentos y capacitación necesarios para el desarrollo del talento, del profesional y de la persona.
Otro aspecto de gran importancia es darle al empleado su merecido reconocimiento o refuerzo positivo, para premiar su esfuerzo, el compromiso con la empresa y la calidad de su trabajo. Por lo que, una buena gestión del talento dentro de la organización empresarial, permite extraer y explotar lo mejor de cada trabajador a nivel individual, algo que inevitablemente, favorece el trabajo en equipo. Con este enfoque, se entiende que es el mejor y único camino para alcanzar la excelencia y mantener un estado de mejora continua, términos intrínsecamente ligados a la rentabilidad y la productividad empresarial.
Buscar el talento es el reto de las empresas, junto a su adecuada gestión, es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los responsables de los recursos humanos de cada empresa, departamento o área. Identificar, desarrollar y retener el talento, implica una formación específica de los responsables, de tal manera que las empresas deben ser capaces de proporcionar la formación especializada y de calidad a todos aquellos empleados que no posean las competencias deseadas. Además de ser necesario mantener un continuo ciclo de reciclaje en dicho aspecto.
En lo que a la gestión del talento empresarial respecta, se ha convertido en un componente esencial para lograr el éxito y mantener un crecimiento sostenible dentro de cualquier organización. Nos encontramos inmersos en un mercado laboral cada vez más competitivo por lo que, retener y desarrollar el talento se ha convertido en una de las prioridades de las empresas que pretenden ser relevantes y alcanzar sus objetivos.
Este cambio de perspectiva, conlleva un cambio en la gestión de los recursos humanos que se basa en la gestión del talento empresarial que hace referencia al conjunto de procesos y prácticas que se diseñan con la finalidad de reclutar, retener, desarrollar y motivar a los empleados. Ya no se trata de contratar trabajadores y remunerarles, ahora se involucran estrategias integrales que hagan posible identificar, cultivar y aprovechar el potencial de cada empleado de manera que todo resulte un engranaje perfecto que permita girar la rueda del conglomerado empresarial.
Una gestión efectiva, clave del éxito de la empresa
Hacer una buena gestión del talento conlleva una serie de pasos estratégicos esenciales para que sea efectiva. Siendo el primero de ellos, hacer un reclutamiento de personal estratégico. En este sentido, es necesario identificar las necesidades de talento de la empresa, es decir, el perfil ideal del trabajador. Atraer a candidatos que posean además de las habilidades técnicas necesarias, se alineen con la cultura y valores de la empresa. Para lo cual es fundamental crear perfiles de puesto detallados y utilizar diversos canales de contratación, al tiempo que se establece una marca empleadora que sea capaz de atraer a los candidatos adecuados.
El siguiente paso, implica el desarrollo profesional que es esencial para impulsar el crecimiento y retención del talento. Lo que conlleva la necesidad de proporcionar a los empleados diversas oportunidades de crecimiento y aprendizaje continuo mediante programas de capacitación, mentoría y la asignación de proyectos que supongan un desafío. Invertir en el desarrollo de las habilidades mejora su empeño y fortalece la capacidad general de la empresa.
Dentro de un proceso continuo se encuentra la gestión del rendimiento que requiere el establecimiento de expectativas claras que proporcionen una retroalimentación continua y reconozca los logros de los trabajadores. Esto ayuda a mantener a los mismos motivados y centrados, al tiempo que ofrece la oportunidad de abordar las posibles mejoras que haya que hacer. Al establecer metas claras y medibles, es más fácil evaluar el rendimiento y fomentar un ambiente laboral que se base en el desempeño.
Por último, hay que ser capaces de retener ese talento. Para evitar la pérdida de empleados valiosos y capacitados, así como las costosas rotaciones de personal que conllevan desgaste empresarial a muchos niveles, es fundamental implementar políticas y programas que fomente la lealtad y la satisfacción de los trabajadores. Incluir beneficios competitivos, proporcionar un ambiente laboral positivo, ofrecer oportunidades de avance profesional y permitir un equilibrio entre la vida laboral y la personal, son aspectos necesarios y valorados. Crear un entorno en el que los trabajadores se sientan valorados propiciará que se sientan comprometidos con la empresa, lo que facilita la retención a largo plazo.
Es esencial en estos momentos, buscar el talento y retenerlo. Desarrollar una cultura empresarial sólida, claramente orientada a este fin es clave para atraer y retener a los mejores profesionales de cada sector. Fomentar la colaboración, la diversidad y la creatividad dentro del entorno laboral, favorece la innovación y la excelencia, a través de la inspiración para que los empleados quieran alcanzar su máximo potencial.
A medida que evoluciona el entorno empresarial, lo hace la gestión del talento. Las tendencias emergentes en este sentido, como pueden ser el trabajo remoto, la inteligencia artificial o el enfoque puesto en el bienestar de los empleados, están dando forma al futuro de los recursos humanos y la consiguiente gestión del talento. Es el momento de que las empresas empiecen, si no lo han hecho ya, su adaptación para seguir siendo competitivas dentro de este constante cambio en el mercado laboral.
En conclusión, la gestión eficaz del talento empresarial es un factor fundamental para impulsar el crecimiento y la innovación de cualquier empresa y organización. Implementar estrategias sólidas y aprovechar al máximo las herramientas que la tecnología pone a disposición de las empresas, cultivando una buena cultura empresarial que se centre en el talento, propicia el desarrollo de un entorno laboral en el que los empleados prosperan y quieren contribuir a alcanzar el éxito global.
Las empresas más talentosas impulsan su gestión del talento en base a las siguientes premisas:
- Fomentar el crecimiento del equipo adaptando las metas personales y las necesidades del negocio.
- Mejoran la evaluación del desempeño y la retroalimentación.
- Brindan apoyo, capacitación y orientación.
- Impulsan planes de acción mediante la comunicación continua con los miembros del equipo.
Estamos ante un cambio de paradigma empresarial en el que los empleados se convierten en los pilares de la empresa (siempre fue así aunque no se consideró) sin los cuales, la empresa no puede alcanzar el éxito.