Las clínicas dentales también apuestan por las nuevas tecnologías

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En los últimos años, las clínicas dentales han experimentado una transformación profunda gracias a la incorporación de tecnologías punteras que han elevado los estándares de diagnóstico, tratamiento y atención al paciente. La odontología moderna ya no se basa únicamente en la habilidad manual del profesional, sino que se apoya en herramientas digitales y dispositivos de alta precisión que permiten intervenciones más rápidas, menos invasivas y con mejores resultados a largo plazo. Esta evolución tecnológica no solo mejora la calidad de los tratamientos, sino que también incrementa el confort y la seguridad para los pacientes, cambiando por completo la experiencia de acudir al dentista.

Uno de los avances más notables ha sido la introducción de la radiología digital, que sustituye a las antiguas radiografías analógicas. Gracias a esta tecnología, las imágenes se obtienen en cuestión de segundos y con una dosis de radiación significativamente menor. Además, pueden ampliarse, procesarse y compartirse fácilmente, lo que facilita un diagnóstico más preciso y una mejor comunicación con el paciente. Junto a esta herramienta, la tomografía computarizada de haz cónico (CBCT) ha revolucionado el estudio tridimensional de la boca, permitiendo planificar con exactitud tratamientos complejos como implantes, cirugías o endodoncias, y minimizando riesgos.

El uso de escáneres intraorales ha cambiado la forma de tomar impresiones dentales. Estos dispositivos capturan imágenes digitales en 3D de la boca en tiempo real, eliminando la necesidad de moldes de silicona que resultaban incómodos para muchos pacientes. El resultado es una reproducción exacta de la cavidad oral que facilita la fabricación de prótesis, férulas y alineadores con una precisión milimétrica. Esta tecnología se combina a menudo con sistemas CAD/CAM, que permiten diseñar y fabricar restauraciones dentales en la propia clínica, reduciendo el tiempo de espera de semanas a unas pocas horas.

En el campo de la cirugía y la periodoncia, los láseres dentales han marcado un antes y un después. Gracias a ellos, es posible realizar cortes y eliminar tejido afectado con una mínima invasión, reduciendo el sangrado, la inflamación y el dolor postoperatorio. Su aplicación es muy amplia, desde el tratamiento de encías hasta la eliminación de caries o la desensibilización dental, y su capacidad para esterilizar la zona de trabajo ayuda a prevenir infecciones.

Otra tecnología en auge la conocemos de la mano de los dentistas de Compostela Dental Center y es la anestesia computarizada, que controla de manera automática la cantidad y la velocidad de administración del anestésico, evitando el dolor y la incomodidad que a veces produce la técnica manual. Este tipo de avances han contribuido a reducir la ansiedad de los pacientes, especialmente de aquellos que temen las agujas.

La planificación digital de implantes es otro de los pilares de la odontología actual, ya que gracias a programas informáticos avanzados, el dentista puede simular la colocación de los implantes en un modelo virtual, teniendo en cuenta la densidad ósea, la posición de los nervios y la estética final. Esto se traduce en cirugías más seguras, tiempos de recuperación más cortos y resultados más predecibles.

Incluso en el ámbito de la ortodoncia, la tecnología ha marcado un salto cualitativo. Los alineadores transparentes, diseñados digitalmente, permiten corregir la posición de los dientes de forma prácticamente invisible y con un alto grado de personalización. Además, el seguimiento digital remoto está ganando popularidad, lo que evita visitas innecesarias y permite controlar la evolución del tratamiento de forma más flexible.

La integración de la inteligencia artificial empieza a verse también en la odontología, con sistemas capaces de analizar radiografías y escaneos para detectar caries incipientes o patologías periodontales antes de que sean visibles al ojo humano. Esta detección temprana no solo mejora el pronóstico, sino que también reduce la necesidad de intervenciones más complejas en el futuro.

¿Cuánto cuesta abrir una clínica dental equipada con última tecnología?

Abrir una clínica dental equipada con la última tecnología supone una inversión considerable, ya que no solo se trata de acondicionar el local, sino también de dotarlo de equipos de alta gama que permitan ofrecer tratamientos punteros. El coste final puede variar mucho en función del tamaño de la clínica, el número de gabinetes, la ubicación y el nivel de sofisticación del equipamiento, pero en términos generales, en España, la inversión inicial suele situarse entre 150.000 y 500.000 euros.

El gasto más importante suele ser el equipamiento odontológico. Un sillón dental de última generación, con todas las funciones integradas y sistemas digitales de control, puede costar entre 20.000 y 40.000 euros por unidad. A esto hay que sumar radiología digital y CBCT, cuyo precio ronda entre 25.000 y 70.000 euros, y escáneres intraorales que pueden costar entre 15.000 y 30.000 euros. Si se incorpora tecnología CAD/CAM para fabricar prótesis en la propia clínica, la inversión puede aumentar entre 30.000 y 60.000 euros adicionales.

El acondicionamiento del local también representa una parte relevante del presupuesto. Una reforma que cumpla la normativa sanitaria, con instalación eléctrica adaptada, climatización, iluminación adecuada, suelos y paredes con materiales higiénicos, suele situarse entre 50.000 y 120.000 euros, dependiendo del tamaño del espacio.

No hay que olvidar los costes iniciales de licencias, permisos y trámites administrativos, que pueden oscilar entre 3.000 y 10.000 euros, así como el mobiliario de recepción, sala de espera y áreas de trabajo, que podría añadir entre 5.000 y 15.000 euros.

Además, si se quiere que la clínica arranque con un alto nivel de visibilidad y captación de pacientes, habrá que contemplar también un presupuesto de marketing y comunicación que incluya página web, campañas publicitarias y gestión de redes sociales, con una inversión inicial que puede ir de 3.000 a 10.000 euros.