Decir que Barcelona es una de las ciudades más visitadas del mundo puede ayudar a que nos hagamos una idea de todo lo que esta ciudad puede ofrecer a sus visitantes y a quienes deciden vivir en ella.
Es una ciudad con historia, y esa historia se escribe en sus estrechas calles, en su arquitectura y en cada piedra que nos recuerda que paseamos por una ciudad viva, un personaje más en las novelas de muchos escritores y uno de los mejores destinos para añadir en nuestro cuaderno de viajes.
Cuando mi novio me propuso que pasáramos unos días en Barcelona empecé como loca a buscar guías de viaje para conocer un poquito mejor la ciudad y disfrutar más de esos días en la Ciudad Condal.
Me interesaba especialmente la historia de la Ciudad para diseñar una pequeña ruta con cierto toque histórico y sorprender así a mi novio.
La historia de Barcelona, el Barrio Gótico
Barcelona tiene una gran herencia de la época medieval, herencia que podemos apreciar al pasear por las estrechas calles del barrio gótico perdiéndonos junto a las ramblas en el que es el elemento central del distrito municipal de la Ciutat Vella.
Y es que el casco antiguo de la ciudad cuenta con muchos recuerdos del pasado de la ciudad, como son los restos de la Barcino romana, los edificios medievales, la Catedral o la Iglesia de Pi.
Para continuar con la visita histórica por la ciudad tampoco podemos perdernos la Plaza del Rei, el Museo Frederic Mares, la Plaza de San Jaime, la Plaza Real y las Iglesias del Barrio gótico.
Como sorpresa y guinda final del primer día quería que nos alojáramos en uno de los mejores hoteles de la zona, el hotel Mercer Barcelona, un hotel de lujo situado en el corazón del barrio gótico muy cerca de la catedral.
Y es que una visita por la historia de la Ciudad Condal no podía darse sin un alojamiento a la par, y este hotel boutique de cinco estrellas era no solo un monumento único y exclusivo, sino que también ocupa una serie de edificios de gran valor arquitectónico en la calle Lledó, construidos en parte de la muralla romana de la antigua Barcino y cuenta también con arcos medievales y fresnos originales del SXII.
La ciudad por la que en otra época pasearon Hemingway y Orwell, la que Gaudí terminó de modernizar con sus diseños arquitectónicos, esa es la Barcelona que se abre hoy al mundo.
Saluda a sus visitantes con la espectacular fachada de la Sagrada Familia que, aunque inacabada, es todo un emblema de la ciudad.
Durante la visita a la ciudad mi novio no dejaba de decirme lo sorprendido que estaba de todo lo que había aprendido de la ciudad, aunque le gustó tanto el hotel que quería pasarse mucho tiempo de relax y tenía que convencerlo para seguir la ruta, pero al final sí que le apetecía.
Además, la vida nocturna de la ciudad también nos recordaba que la mejor parte de la ciudad no es solo cosa de su pasado, sino también de su presente, de sus locales y de la animada oferta que tiene la ciudad.
Hasta empezamos a pensar en mudarnos y cambiar de ciudad, nos enamoramos de Barcelona, pero está claro que a juzgar por todos sus visitantes no éramos los único.